Técnica "Atrapando el color" o Cobre-mate o

"rojo fugitivo" o como quieran llamarlo por estas latitudes. Después de dejar varias piezas como al principio, con la guía de Marta Midaglia parece que lo vamos logrando, el tema pasa por jugar y arriesgar, o como dice ella "hay que probar" y así nos hemos pasado varias tardes jugando con fuego, haciendo humo y divirtiéndonos de lo lindo, porque si hay algo lindo es tratar de atrapar el color antes que la pieza se nos ennegrezca de nuevo y tengamos que volver a empezar. Es todo un desafío y les aseguro que se van a sorprender con los resultados.

Fórmula:
89 % de óxido de cobre
1% de bentonita
10 % de flux alcalino o esmalte transparente alcalino, (dije alcalino y bien alcalino)
Agua, cantidad suficiente como para dejar algo bien líquido.

Cuando preparemos este pseudo esmalte, No hay que hacerlo con consistencia de esmalte, agregar agua como para que quede como agua sucia, y sobre una pieza bizcochada podemos agregarlo con pincel o con una esponjita o con soplete. Aclaro, no es un esmalte.

Pasos previos: Hacer una camita de arena sobre un par de ladrillos comunes o sobre la tierra directamente (si es que tenemos lugar con tierra para poder hacerlo) o dentro de alguna asadera vieja, sobre esta camita de arena hacer un nidito con aserrín, no un volcán, un simple y humilde nidito como el de los pajaritos y le echamos un chorrito bien amarrete de kerosén. conseguir una lata que tape pero ajustada al tamaño de la pieza, vamos a jugar provocando fuego y ahogando la pieza.
Tener a mano en una jarrita un poquitito más de kerosén para avivar las llamas (luego les explico cómo)

Una vez la pieza al rojo vivo (alcanzados los 950ºC aprox) sacarla del horno de raku y colocarla sobre este nidito de aserrín, enseguida va a arder el aserrín, va a provocar llama y la pieza empezará a cambiar de color, por eso se la llama "atrapando el color", aparecen los rosas, azules, rojos, amarillos, son sólo segundos, en cuanto vemos que baja la llama le agregamos un chorritito de kerosén, pero no para provocar que vengan los bomberos y teniendo cuidado de quemarnos. inmediatamente tapar la pieza con la lata y ahogar las llamas, esperar un ratito, con guantes apropiados, levantar y ver qué pasa en la pieza, ¡milésimas de segundo! vamos a ver que enseguida cambia el color de la pieza, ¡tapar rápidamente! volver a destapar y tapar jugando a ver qué colores quedan, Ojo, no dejar que se oxide nuevamente la pieza porque sinó nos queda negra como al principio, acá juegan las llamas y la reducción. Dejar que se enfríe tapada en la lata sin ansiedad. Por apurados perdimos el color de varias.
Lo peor que nos puede pasar es que tengamos que volver a llevar la pieza de nuevo al horno, llevarla a 950ºC y repetir el proceso.
Acá les dejo las fotos. Es raku y no es raku, es esmalte y no es esmalte, es otra cosa. Dicen que con el tiempo y dependiendo del esmalte usado, se van perdiendo los colores... es un año, quizás más tiempo, pero vale la pena intentarlo. Ahora nos queda ser un poco más creativos y ver de hacer reservas, guardas o lo que sea en las piezas con esta técnica. Hay otras fórmulas dando vueltas en internet. Será cuestión de probar...